Cada mes de mayo, las abundantes cruces que enmarcan los caminos palmeros despiertan envueltas en sus ropajes de gala. Telas exquisitas, joyas de herencia familiar y una multitud de adornos florales realzan su perfil, en una fiesta especialmente celebrada en los municipios de la comarca oriental (Santa Cruz de La Palma, Breña Alta, Breña Baja y Villa de Mazo). Cada una de ellas tiene un encargado personal (mayordomo) cuya designación responde en ocasiones a promesas y agradecimientos religiosos. Especialmente en Santa Cruz de La Palma, el lugar de la vigilia (noche del 2 al 3 de mayo) es habitualmente compartido con los mayos (monigotes de tela), cuyo origen se relaciona al parecer con otras celebraciones.