La víspera del jueves de Habeas Corpus (de fecha variable, entre mayo y junio) culmina un año largo de trabajos en el municipio palmero de Villa de Mazo. Arcos triunfales, tapices y descansos, decorados con materiales naturales recolectados desde el verano anterior, cubren las calles empedradas de El Pueblo. Los motivos corresponden a diseños realizados por los vecinos de cada barrio y pueden sobrepasar los 20 metros de altura. En todos ellos la figura central (un círculo rodeado por una corona de rayos divergentes) reproduce la forma de la custodia de plata de San Miguel, que preside la procesión del día siguiente. 

Dos domingos después el municipio de El Paso acoge una celebración similar aunque con una fuerte personalidad propia. Esta vez es el Sagrado Corazón el que preside las alfombras, pasillos y arcos. A sus pies se detiene una procesión saludada con sueltas de palomas y una ducha de papelitos de colores en el que se inscriben doce promesas a la imagen.