El Carnaval de Santa Cruz de La Palma comienza el viernes anterior al Miércoles de Ceniza y se prolonga hasta la noche del sábado y madrugada del domingo siguiente —el Domingo de Piñata—, con un variado programa en el que no faltan su apertura con un desfile infantil, las tradicionales verbenas en la calle, los bailes nocturnos en el Real Nuevo Club Náutico, el Casino y la Sociedad de Recreo La Investigadora, un concurso de disfraces o el entierro de la Sardina. Pero qué duda cabe de que la fama y originalidad del Carnaval de Santa Cruz de La Palma ha sobrepasado las fronteras insulares gracias a las celebraciones que tienen lugar durante el Lunes de Carnaval. Por un día, toda la ciudad revive multitudinariamente la llegada de los indianos, nombre con el que se conocía en Canarias a los isleños emigrados a América que retornaban a las islas.
Es entonces cuando se celebra el conocido Desfile de los Indianos, que refleja la llegada de los palmeros enriquecidos durante la emigración a América. La ostentación atribuida a los nuevos ricos del otro lado del charco hizo que se convirtieran en blanco de las burlas carnavaleras. Guayaberas blancas, sombreros de paja, caras untadas de betún, loros de peluche, abalorios de oro falso y maletas cargadas de dinero son algunos de los rasgos que distinguen a los participantes en esta irreverente marcha. La ocasión coincide con una monumental batalla de polvos de talco, que se derraman en cantidades industriales por las principales calles de la ciudad. Esta costumbre se ha extendido al resto de pueblos de la isla, donde Carnaval y polvos de talco se han convertido en sinónimos.