Bajada de la Virgen

Bajada de la Virgen

La más importante de las fiestas palmeras es también una de las más veteranas. El descenso de la patrona a la capital fue establecido por el obispo de las islas Bartolomé García Jiménez en 1676. Desde 1680 se establece un calendario lustral de descensos, que por tanto coincide con los años acabados en 0 y en 5 (la próxima Bajada será en 2015). 

El último domingo de junio los romeros, ataviados con los trajes tradicionales de la isla, bajan desde el Real Santuario Insular por el camino del Planto las cuarenta y dos piezas de plata que componen el trono de la Virgen, para entregarlas en la iglesia de El Salvador, morada de la imagen durante su estancia en la ciudad. Con la bajada del trono comienza en Santa Cruz de La Palma la Semana Chica, en la que tienen lugar actos tan entrañables como la Pandorga, un desfile nocturno de faroles de papel con luz de velas de diversos colores y formas (estrellas, dragones...) que, llevados por niños, recorren las monumentales y oscuras calles del centro de la ciudad a los sones de la banda de música.

En la Semana Grande de la Bajada de la Virgen, que comienza el segundo domingo de julio, intervienen los mascarones (gigantes y cabezudos), que simbolizan personajes como la bruja, la luna de Valencia y el Biscuit. El miércoles es el día del Minué o Danza del siglo XVIII, que se celebra desde 1.945 (sustituyó a una Danza de Niños) con música diferente cada año, compuesta por el palmero Luis Cobiella Cuevas.

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